El sistema funciona como lo hacen los tradicionales alcoholímetros, solo que en lugar de que sea levantada una infracción el sistema de arranque del auto se bloquea y de ninguna forma podría ser encendido, Ahora si como decimos, que se bajen los borrachos.
Esta idea me parece excelente, sobre todo en países como el nuestro, donde a pesar de la responsabilidad que ímplica manejar y el riesgo que se corre al hacerlo en ese estado, nada ha podido hacer el gobierno -bueno, quizás con resultados por debajo de las expectativas-
Aunque como lo dicen en el artículo original, bastaría con que otra persona realizará la prueba y listo, el sistema funcionaría correctamente.