Italia fue la sede de uno de los eventos de autos clásicos más exclusivos del mundo: el Concorso d’Eleganza de Villa d’Este. A este pequeño evento, en el que se exhiben alrededor de 50 vehículos, sólo están invitados los autos más finos y exóticos de los países más importantes de Europa.
BMW es uno de los patrocinadores del Concorso d’Eleganza y este año aprovechó el evento para festejar, con el lanzamiento del BMW M1 Hommage, el 30 aniversario del superdeportivo M1, diseñado por Giorgetto Giugaro y descendiente del BMW Turbo Concept de Paul Bracq.
El M1 Hommage es un estudio de diseño que rinde tributo al original M1 y de paso nos muestra lo que sucedería si BMW se decidiera a volver al segmento dominado por los italianos Ferrari, Lamboghini y Maserati, este mezcla una presencia agresiva con una apariencia retro debida a que este auto imita a su antepasado en los elementos clave, tales como la ventana trasera, cuyas finas aberturas hacen la vez de alerones; e incluso el diseño de los rines, que es una exageración un tanto controversial de lo que encontramos en el auto original.
Lo más llamativo es el frente, compuesto por la prominente parrilla de doble riñón que, acompañada por varias tomas de aire, le da al vehículo cierto aire animal. Los cuatro faros delanteros del vehículo se esconden detrás de delgadas hendiduras en la fascia frontal, por lo que permanecen casi ocultos hasta que se iluminan, una clave tomada de la naturaleza solapada del clásico M1 en el que los faros tenían cubiertas abatibles. BMW no se molesta en hablarnos sobre el interior o siquiera el motor del vehículo, ya que éste se trata sólo de un ejercicio de diseño cuyo fin es celebrar a un icono pero también recordarnos que BMW es capaz de hacer cosas muy distintas de las que acostumbra