Era 1926 cuando Coco Chanel revolucionaba el mundo de la moda con el diseño de tan particular, sencillo y a la vez complejo vestido. Posteriormente, Givenchy, de la mano de Audery Hepburn (Breakfast at Tiffany`s) pondrían a esta prenda como una de las piezas emblemáticas por su diseño tan minimalista, vanguardista y sensacional.
Un lienzo completamente negro en el cual se han plasmado cortes, telas, longitudes, detalles, todos ellos diferentes pero con un firme propósito: ser la mejor prenda de vestir para cualquier mujer que quiera destacar. Un patrón en el que cada uno de los diseñadores ha plasmado su huella y talento, y en el que los accesorios, la joyería despampanante y la gran ornamentación cumplen con uno de los papeles protagónicos.
Con un sinfín de interpretaciones, el Little Black Dress cumple 95 años manteniéndose como una de las mejores inversiones y apuestas en todas las siluetas existentes. Sin duda seguirá como el líder de la prenda “must-have” para toda temporada… Happy Birthday!
Información: VOGUE MÉXICO