Disclaimer: este post está lleno de selfies mías con y sin maquillaje.
Ultimamente en este blog me he dedicado (y el equipo editorial también) a postear sobre productos para la piel, especialmente para la cara; ¿por qué? Simplemente porque además de ser nuestra carta de presentación es un lienzo con el cual podemos experimentar con maquillaje o no.
Para quienes estamos en el mundo de la moda, lifestyle & beauty, tenemos referentes de bloggers que nos llevan años de trayectoria; una de ellas es Leandra Medina de Man Repeller, quien hace mas o menos un año escribió este artículo Why I don’t wear make up en el cual retrata la vida de muchas mujeres como yo, que no usan maquillaje o sólo lo básico.
Comencemos con algunas cosas: uno de los mejores consejos que mi mamá me dio fue que no usara maquillaje desde chica porque básicamente me iba a joder la piel; raro en mí que le hice caso y le estoy muy agradecida. Mi mamá y mi abuela son de esas de ocuparon poco o nulo maquillaje a lo largo de su vida y se ven de menos edad, contrario a mi tía que ella se maquilló siempre y ahora se ve más grande de lo que aparenta.
Veamos, esta soy yo sin maquillaje (izq) y la otra sólo con las cejas pintadas, lovely face right? ;)
Retomando un pedazo del artículo de Leandra, su madre le dice que el maquillaje está hecho para resaltar la belleza de una mujer. Lo entiendo, yo sin delineador de cejas me veo rara pero si no lo uso tampoco pasa nada; aunque con los cánones de belleza cada vez más distintos, para mi el maquillaje se ha vuelto en el algo que transforma a una persona hasta el punto de dejarla irreconocible (vean el método de contouring y díganme si no cambia).
He conocido niñas que son preciosas, pero les quitas el maquillaje y en verdad es como is that really you? Y sí voy a sonar lo más hostil del mundo pero hay quienes no nacieron con el don de la belleza, otras que los son pero con el maquillaje se arruinan y algunas, como mi caso que prefirieron operarse la cara y ser felices.
Por internet circulan muchos artículos de fashion bloggers y editoras de belleza en donde nos cuentan como fue su año, su mes o semana sin maquillaje y cómo esa experiencia les cambió desde su rutina diaria hasta la forma en la que los demás y ellas mismas se veían.
Ahora bien, no todo mundo tiene acceso a una gran cantidad de dinero para hacerse un arreglo de cara, pero yo tuve la suerte de que fuera un regalo de mi papá y ha sido de las mejores decisiones que he tomado. ¿Por qué? Me simplificó la vida. Mi nariz no era la mas bella del mundo y yo no era fea en realidad, simplemente que esa parte de mi cara no me hacía sentir bien y a veces, tenía que usar un peinado o un poco de maquillaje como para que la gente no notara que me sentía insegura con mi nariz.
Después de la operación mi vida ha sido más fácil, no necesito peinarme increíble ni mucho menos usar tanto maquillaje par a cubrir ojeras o verme “mejor”, además de que ahora me siento feliz con mi rostro y se nota, cosa que ayuda mucho con cómo te sientes y te proyectas.
Acabo de decir que usaba maquillaje y aún lo uso, en algunas ocasiones. Mi kit de maquillaje se compone de lo siguiente: primer, base, lápiz de cejas, mascara y lipsticks. ¿Dónde quedó el blush, delineador de ojos, sombras, polvos traslúcidos highligther y bronzer? Simplemente no los ocupo, porque pretendo verme lo más natural del mundo y además soy alérgica a casi cualquier marca de maquillaje, ya sea high end o la que venden en supermercados y creanme, no pienso gastar cada mes miles de pesos en cosas que simplemente usaré once in a blue moon.
Esta soy yo con un look de maquillaje lo más natural posible. Use todo (casi) todo lo que tengo en mi kit.
Siendo blogger, tienes la oportunidad de conocer lo último en cuidados de piel y por supuesto maquillaje. Es por eso que este blog encuentran artículos llamados: honest reviews, que hablan de cosas que he usado. Si me sirvió y lo amé, bien y si no, hablo con total honestidad; ya que creo que doy un punto de vista de una persona normal, no de una gurú de belleza o del maquillaje, cosa que por lo menos espero sea apreciada por alguien que lea lo que escribo.
No voy a mentirles, muchas de mis amigas han sido mis conejillos de indias cuando se trata de probar maquillaje, ya que al ser yo alérgica no quiero arruinarme la piel, pero tengan la certeza que ellas también dan una opinión muy honesta.
Otra cosa que me gustaría que supieran: las niñas que no usan maquillaje no son fodongas ni fachosas, así como las que sí usan son tipo high maintenance.
El punto de mi artículo es hablar honesta y abiertamente sobre mi decisión de no ser tan dependiente del maquillaje. No sólo por mis alergias, ya que como dice una de mis vloggers favoritas Anna Akana:
“your skin eats what you put on it”, también está el hecho de que me encanta dormir más tiempo por la mañana y que si salgo con un chico no quiero me vea majestuosamente arreglada y al día siguiente me vea en un chongo, con cara lavada y diga WTF, is that even the same girl?
Esta soy yo con un maquillaje “más cargado”.
Por más presuntuosa que suene, soy hermosa con maquillaje porque se resaltar lo que tengo sin volverme otra persona, pero también lo soy sin él; porque además de aprender a cuidarme el rostro, tengo la seguridad y en verdad (pardon my french) me vale madre lo que los demás puedan decir de mi y en muchas ocasiones con sólo pintar mi ceja me siento tan a gusto que creo que no necesito más.
Entiendo que la publicidad (lo sé porque trabajo en ello) nos ha hecho sentir que usar maquillaje nos hará sentir bellas, confiadas, capaces de dominar al mundo y está bien, nos da esa parte de empoderamiento pero también nos quita esa esencia natural que tenemos. No estoy diciendo que usarlo sea malo ya que es una cuestión no sólo personal, es también ideológica y de cultura; pero tampoco hay que olvidar que de vez en cuando nuestras imperfecciones son lindas y que nuestra piel necesita un respiro.