A través de los estudios e investigaciones clínicas, claramente se ha establecido que la nutrición está bien posicionada para desempeñar un papel clave, en el desafío de “mantener saludables a las personas sanas”. Algunos estudios científicos sugieren que la dieta y en particular algunos nutrientes pueden tener una influencia positiva en nuestro Sistema Inmune.
Esto quiere decir que, aunque se requiere más investigación para estudiar la relación entre la nutrición y el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico (defensas del cuerpo), hoy más que nunca, tener una buena alimentación, forma parte de los hábitos saludables que nos permitirán tener calidad de vida y alejarnos de los riesgos de enfermarnos.
Es importante siempre recordar que el sistema inmunológico, es como una gran barda o barrera protectora, que se encarga tanto de evitar que sustancias potencialmente dañinas entren al cuerpo, así como de eliminar y destruir a aquellas que estén ya dentro, como posibles amenazas. Es defensor contra enfermedades y organismos infecciosos, como bacterias, hongos, parásitos y virus en el medio ambiente.
Estudios clínicos, han descubierto que ciertos factores pueden influir negativamente en el sistema inmunológico, incluidos el estrés crónico, el sedentarismo, la falta de sueño, la contaminación ambiental o las afecciones medicas que uno pueda tener.
Algunas investigaciones, han demostrado que las deficiencias específicas de micronutrimentos como el zinc, vitamina A, vitamina C y vitamina D, Cromo, Selenio, Hierro, B12, tienen notable influencia en las respuestas menos efectivas del sistema inmunológico.
Por ejemplo, se ha estudiado que la vitamina D tiene muchos mecanismos por los cuales reduce el riesgo de infección microbiana. Una revisión reciente sobre el papel de la vitamina D en la reducción del riesgo de resfriado común, habla de este nutrimento como una barrera física y que también actúa como promotora de inmunidad celular natural y adaptativa.
Actualmente, ante los retos de estar en casa, es momento de enfocarnos en evitar factores negativos, y promover acciones positivas para poder fortalecernos de manera integral:
- Estar atentos al consumo de micronutrimentos, que nos proveen los alimentos ricos en estas fuentes. Buscar que en nuestros tiempos principales de comida y en las colaciones, estén siempre presentes las frutas y verduras, como colación o botana. Mango, mamey, naranja, zapote, son ejemplo de algunas deliciosas frutas de temporada, que se pueden utilizar como colación, entrada o postre saludable. Jícamas, zanahorias, betabel y pepinos rallados, son aliados frescos, para botana de estos días. El zinc se puede obtener a través de la carne de res y cerdo, ostiones, nueces y granos enteros. La vitamina D se puede consumir en la yema de huevo, pescados grasos, lácteos fortificados e hígado de res. No debes de olvidar la exposición al sol durante unos minutos al día, para poder aumentar nuestra producción de la misma.
- Una correcta suplementación de vitaminas y minerales, se vuelve también una forma práctica y efectiva de garantizar que se satisfagan las necesidades nutrimentales para poder fortalecer al sistema inmunológico. El consumo de probióticos también es muy importante, ya que juegan un papel fundamental en la salud intestinal y mantienen nuestras bacterias buenas mucho más presentes, siendo parte de la defensa en el sistema inmunológico.
- Combinar carbohidratos complejos con proteínas magras y grasas no saturadas, como una barra de proteína, un batido proteico o una tostada horneada de arroz con un poco de crema de cacahuate, ayudarán a controlar el apetito y a comer alimentos densamente nutricios. Aporte suficiente fibra también para complementar.
- Aprovechar el tiempo para cocinar platillos saludables, junto con nuestros seres queridos. La comida es una parte integral de la unión familiar y promueve estos hábitos saludables. Planear los menús, incluso ayudará a cuidar tu economía y presupuesto.
- El agua natural siempre debe estar presente. Evitar tener en casa refrescos, aguas azucaradas de sabor y bebidas alcohólicas. Si se llega a tomar alcohol, buscar hacerlo sin refresco o cocteles que lleven jarabe. Eligiendo sabiamente las calorías líquidas evitaremos calorías extra.
- El descanso y el ejercicio físico van de la mano durante esta época. Disfruta el tener más tiempo libre para bailar, estiramientos, pesas o trabajo funcional en tu hogar.